En un momento como el actual, en el que las migraciones redefinen los esquemas tradicionales en los que se basa la vida en sociedad, favorecer el encuentro entre «nosotros» y los que son «otros» es un requisito esencial para construir una sociedad que quiera definirse como inclusiva, solidaria y abierta al encuentro con los demás. ¿Qué percepción tienen los jóvenes del fenómeno migratorio?
Los jóvenes que interceptamos a través de nuestras propuestas suelen ser personas curiosas, abiertas al encuentro con la diversidad y con ganas de implicarse. A veces, al interactuar con contextos y personas de orígenes culturales y religiosos muy diferentes, también nos encontramos con prejuicios, cerrazones y miedos que, si se afrontan juntos, se convierten en oportunidades de crecimiento a través de la confrontación y el intercambio de perspectivas.
Los jóvenes, en su mayoría, perciben la migración como una oportunidad para generar vida, hacer brotar la esperanza, conectar identidades híbridas y fomentar una cultura del encuentro más allá de las grietas de la humanidad.
También abordan el aspecto dramático de la migración forzosa y el cansancio que experimentan los que parten al encontrarse perdidos y fuera de casa.
¿Cuál es el compromiso de los scalabrinianos para acercar a los jóvenes a la comprensión del fenómeno de la movilidad humana y, en particular, del fenómeno de la inmigración en Italia, muy a menudo explotado y sometido a una narrativa negativa?
Nos comprometemos a acortar las distancias entre «nosotros» y «ellos», también a través de una terminología adecuada, para crear espacios acogedores e inclusivos que favorezcan el intercambio de experiencias, el servicio y la formación sobre cuestiones migratorias.
Lo que ideamos son propuestas experienciales para acompañar a los jóvenes en un camino de ‘afecto’ al carisma scalabriniano hasta gastarse concretamente con las personas migrantes en sus comunidades y contextos de pertenencia. Los campamentos de servicio y de compartir, de invierno y de verano, son etapas en la vida del joven hacia metas de compromiso coherentes y conscientes, inspiradas en el Carisma y en el Evangelio.
Me atrevo a decir que es una siembra con confianza y generosidad, iniciando y acompañando procesos. Todo ello contribuye a cambiar la narrativa sobre el fenómeno migratorio, cambiando narradores.
¿Cuáles son las herramientas y el lenguaje que hay que utilizar para implicar a los jóvenes?
A través de cursos de formación, campamentos de servicio y convivencia, talleres y veladas, y medios de comunicación social, tratamos de transmitir un estilo de vida basado en la fraternidad y en la capacidad de deconstruir muros y tender puentes de diálogo. Queremos contribuir a la formación de una ciudadanía activa y responsable de sí misma y, al mismo tiempo, dedicada al cuidado de los demás, a través de lazos de fraternidad. Acompañar a los jóvenes para que se comprometan con la justicia social junto a los migrantes es la tensión de fondo de nuestras propuestas. Estamos convencidos de que no basta con saber, es necesario poner en práctica los grandes ideales, incluso en su parcialidad.
Con nuestra intervención en el ámbito juvenil, contribuimos a generar una sociedad civil y una Iglesia más abiertas y atentas a las dinámicas típicas de la movilidad humana.
Con vistas al verano, hemos ideado tres tipos diferentes de actividades.
El primer núcleo, compuesto por tres campamentos, se desarrolla en las fronteras de Europa, en lugares de grandes cruces: Oulx, Ventimiglia y Trieste.
El segundo en los contextos de explotación laboral de los inmigrantes en Italia: Cuneo, Foggia y Agro Pontino.
El último núcleo es el de las «identidades remezcladas», centrado en las llamadas «segundas generaciones», y tiene lugar en Nápoles y Cosenza.
Las propuestas son ideadas por nosotros, en estrecha sinergia con las iglesias locales y quienes trabajan con personas migrantes en los contextos pertinentes.
Jonas Donassollo
Nacido en Brasil, criado entre Italia y Sudáfrica, coordina actividades con jóvenes para los Scalabrinianos en Europa dentro de la Agencia Scalabriniana de Cooperación al Desarrollo (ASCS onlus). Tras cursar estudios filosóficos y teológicos, actualmente cursa un máster en Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad de Milán, centrado en los procesos migratorios. Le apasionan las montañas y los bosques, tiene cinco hermanos y seis nietos. Va siempre en bicicleta y ha decidido comprometerse por un mundo más verde, más justo y con menos muros.